Versosdelaplenitud 56
Insobornable el deseo que me inspiras
de hoguera silente,
las hebras de lávica miel resbalándose
que rozan mis latidos
al pensarte, al escribirte,
al buscarte dentro del sueño,
o por los horarios fríos o cálidos del
tiempo,
en el fugaz mirándote o en el interminable
ausente.
Por las amplitudes carnales del
imaginario.
Insobornable este deseo en fiebre,
fiebre que como fuego se recrudece,
fiebre que no cesa buscándote,
fiebre,
para en estremecida desnudez encontrarte en el incendio
quintín alonso méndez
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