Qué importa que se sepa
que el arcoiris es arquitectura vieja
de puente romano, qué
importa que sepas del color de mis naranjos,
la abreviatura en
inglés de amor sin fronteras: siempre fue esclavo.
Qué importa que te
escriba por encima de todas las cosas lo que no siento,
y a oscuras, sobre todo
a oscuras, escribirte lo que fiebre me araña,
lo que siempre volará
bajo, añorando la yerba, las escondidas de los grillos,
lo que en tiempos yo te
miraba y tú no me veías, tantos escombros.
Qué importa si en las
esferas de mis lunas,
en los bosques por
donde se me pasea la locura, escribo el verso de te amo,
arañando en una piedra,
escarbando en la madera, en la arena de lo pobre,
qué importa que lo
sepas y lo leas, las cumbres siguen nevadas
de pinares verdes,
apretujados como soledades más solas
que el frío de la
humedad, qué importa la eternidad de una aventura
resumida en un abrazo,
su eternidad de instante indescriptible,
qué importa nada si he
llegado tarde adonde tú me esperabas.
Me importa decírtelo, y
digamos que lo escribo sabiendo lo imposible,
que hubieses sido la respiración
de mi existencia
que no ha sido.
Qué importa este
inusitado quererte que solo a mí me salva,
me importa que te amo,
así me vivo
quintín alonso méndez
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