¿nadie sabe del niño
viejo?
solía pasar con
horarios de costumbres desvariadas
por los bordes de las
distancias
que eran orillas
intraspasables
en las horas confusas
del alba a medianoche
de mediodías y
atardeceres con los ojos mágicos de tus aguas
salvadores de
catástrofes
¿nadie lo ha visto
pasar
con su saco al hombro, pesado
como un planeta?
por donde fuera iba
lleno de sonrisas tristes enjauladas en los silencios
y aparentaba ignorar lo
que no conocía
¿de verdad nadie lo ha
visto?
ahora el viejo niño mira
al tiempo desde el otro lado
hurgando en la neblina
en busca de tus ojos mágicos de agua
extraviado en un
perfecto desequilibrio
con su saco vacío a
cuestas, pesado como un planeta
vagando por los bordes
de las distancias
que son orillas
intraspasables
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