Claridades 52
Igual luego viene el después,
la larga anchura de la herida,
la leve sonrisa en el banco del parque,
o igual la nada que habita en cada día,
desapercibida o invasora, intrusa o reveladora,
la misma sombra triste donde estuvo el árbol, la cabellera
del sol,
la misma hondura, vacía voz del silencio;
antes, bajo la higuera, o después, caminando por la costa,
o en el mientras, desgranando las palabras,
la soledad nos termina alcanzando.
Igual ahora me lees
y los dos sin sabernos,
aislados en el tiempo.
Son furtivos los encuentros en el sueño,
pero misma materia, igual luego viene el después
quintín alonso méndez
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