domingo, 17 de julio de 2022

 

Claridades 21



Nací sin saberlo.

Mi infancia fue vejez,

crecí sin crecer o descreciéndome,

trepando lo joven del árbol, cayéndome,

trepando lo menos joven del árbol, cayéndome,

trepando abismos sin árboles, cayéndome,

para levantarme me apoyaba en los hombros de los hormigas,

en las costillas del miedo.

Después de siglos, venido de ninguna parte,

errante como lo huérfano,

me vuelve a temblar el pulso de las cosas

descendiendo hacia la costa,

desangrándome mientras bajo del árbol,

y mirándote desde lo lejos más cercano

regresa la certeza

de cuando niña caminabas por entre mis ruinas

y me decía, sosteniéndome apenas en las delgadas ramas,

es ella, la brisa de la belleza

 

quintín alonso méndez

 


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