sábado, 27 de noviembre de 2021

 

Viaje interminable 063



La vida nace para morirse

generalmente sin ser vivida

y generalmente por causas ajenas a la libertad,

por eso me aferro a la lujuria del vino, el tabaco, el mar,

del imaginarme en tus senos, tus bocas, tus carnes,

tus espíritus, encarnados en tus ojos, tu cuello, tus labios, tu vientre, tus caderas,

del vértigo anclarme en tu espalda alargada como promesa  de placideces,

en tus silencios azules enmarcados indiferentes

en cualquier pared, en un rellano de la escalera,

debajo de las piedras, detrás del sol,

fríos como el metal, llameantes como la piel de la voz,

pero tus silencios, tus perfiles de pulido mármol,

las mojadas flores que me sugieres en frutas de luna,

carnosas como la sed, carnosamente abiertas

como gajos de naranja reventando en los labios,

derramándose sus jugos en un preludio, senos abajo, del placer,

por eso me aferro al motivo que no tiene,

al eterno propósito de lujuriosamente poseerte

 

quintín alonso méndez



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