lunes, 14 de diciembre de 2020

Viaje interminable (100)




 

Adiós sonó al adiós. A alma rota,

a muerte de la vida en vida.

Sonó a la bala mortal que solo oye la mente, en algodones,

en un sorprendente de luminoso apagarse la luz bajo el incendio del sol.

Sonó a la conciencia del tiempo en este cuerpo, en estos huesos,

a la gota de agua contra el suelo,

al silencio sonoro en la lucidez de percibir que acaso

llegué a tocar la esencia del mundo en el hola del adiós.

Sonó a este rumor de marea cíclica, inflexible en su esfera de eternidad,

pero eso fue, es y será, el hola, flujo de la eternidad.

El adiós es solo un punto de la infinita curva del espacio a lo largo del viajar del tiempo

 

La carnal luz del atardecer viene de lo lejos,

te miro mientras te desnudas,

el aire, óleo de tu piel,

somos la noche,

soy el que no está


quintín alonso méndez


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