jueves, 16 de abril de 2020


Viaje interminable (41)




hola le digo al silencio pintado de gaviota
que sacude la brisa de la tarde
como si fuese un recuerdo
sol que arde como un espejo de repeticiones
rasgando en el beso vacío aire
así el salto de la tarde a la noche será lento precipitarse
al ocaso del incendio
antes de irme ya quería quedarme
para no tener que volver
pero invariable el ciclo
la danza de la abeja
en lo más alto estás en paisaje más cerca de todo pero más lejos
me duelen los deseos siempre inacabados
de desnuda en mis brazos verte alimentando mariposas
cada verso ha de ser escrito
para el viaje cósmico de la mente por los sentidos
exacto de signos espacios y palabras
no haya ninguna sombra ajena
ningún obstáculo del enfermo
sean todos los instrumentos musicales
de las sensuales sensaciones
astrales vuelos
desprendido el cuerpo desprendida la mente
lujuria de pájaros ascendiendo en música por la piel
abriendo los estambres que esparcen el polen
vencidas las quejas del dolor
vencida la entrega
acto de la consumación
estamos en el péndulo en que se decide qué mundo
todas las olas se desplazan hasta convertirse en una sola ola incansable
eso me propone que me disponga a lo eterno


quintín alonso méndez


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