Viaje interminable (23)
Se tumba la
luminosa tarde
en un
sosiego de larguezas veraniegas
es un febrero
de setiembre
una tupida
niebla de calima
adormeciendo
la pereza
salva la
brisa salva el herido mar
¡no puede
ser más azul el azul de la belleza!
viajar a la
costa era ir contra dios
ahora solo
viajan los que renegaron del alma
ahí me encuentro
con la sabia
certeza de nunca encontrarte
quintín alonso méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario