domingo, 12 de enero de 2020

Viaje interminable (17)



la casa se va habitando de soledades vivas
cada una tiene su fecha íntima
grabada por detrás de las paredes silenciosas
borrosa en la niebla de la mente
luminosa en alzadas columnas de marmólea lava
de los deseos
cada soledad que llega es recibida con las puertas abiertas
sin prisas busca su buen lugar su universal panorámica
siento que me lleno que me habito según se aleja el tiempo
y lo que queda se carga de años
cuidan de la casa me protegen impiden el acceso enemigo
palpitan como luciérnagas cuando el sueño me hunde en sus grietas
vibraciones que me regresan para nunca irse
íntegras en su certeza

si estuvieses aquí me ayudarías a capturar algunos
de los infinitos versos
que me inundan
dejaríamos que ebrias sus palabras inmortales
se posaran entrada la medianoche
en los labios del vino
para así atraparlas en su lascivia más íntima
no disculpo mi vaga torpeza
ocurre que la luz aquí es distinta
solamente alumbran las ausencias                         
no crepita la queja en la hoguera
palpita el latido de los días y las noches
cuerpo y rostro de la soledad

es obra encomendada al poeta


quintín alonso méndez

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