El árbol seco del camino (9)
IX
En la mirada del libro
-ahí consumiéndose en sus hogueras de abandono-
unos ojos se detienen
una mano se
queda en el aire suspende la brisa
se detiene
en lo incierto
en lo cierto
de lo que no fue
apenas el
roce de un recuerdo lejano
apenas un
parpadeo de mirada
luego las
cosas de la vida reclaman la presencia
un golpe
seco falsamente entrañable de puerta
un sabor
extraño en la garganta
que es todo
lo contrario del frío y el calor
nadie sabe
lo que se dicen los objetos
cuando se
quedan solos y el polvo va cayendo sobre ellos
como una
lluvia fina adormeciendo el rostro de una remota noche
quintín alonso méndez
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