Las palabras que vienen del mar
tienen sabor de adolescencias hundidas
en naufragios de vuelos,
son olas las nostalgias, gaviotas sin
alas, no vuelan,
se rompen contra los acantilados o se
mecen dulces en la arena cálida
que fue lujurioso tálamo donde los
sueños palpitaban ingenuos
en las carnes jóvenes. Descubrimiento
de la vida donde los abismos no existían,
pero manos, dientes, labios, desnudos
cuerpos, bellos como flores,
excavaban disponiéndolos para mañana,
un hoy en esqueleto, despojado del
tiempo, varado en la costa