Las ventanas cerradas del cuerpo
indago en la palabra le quito la piel recorro su materia
de orilla árbol
mineral
escarbo en su memoria para hacerla mía
traedora y mensajera
es liviana pluma y es fruta de agua
tristeza dolor
destierro
en la palabra está mi territorio
de noches alzadas y días que vuelan
sin destino
en la palabra te encuentro te pierdo
te hablo
te desnudo y te cubro vencido
de silencios insomnios
nostalgias
palabras de mimbre
nacidas de la sed amarga de la
almendra
de la sangre de las fresas
lejanas como el olvido
pequeñas rotas
calladas
caminan solitarias
llevan las lluvias los vientos las tardes del abismo
suelen sentarse a la sombra
donde la ternura tuvo alas
caminan despacio
no tienen adonde llegar
caídas en el papel
frágiles ausentes
desnudas
cobijadas
en el frío más intenso
pobres a oscuras desangrándose
detrás de la ventana
Quintín Alonso Méndez
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