Viaje interminable 021

No existe la palabra que defina el rumor de un deseo,

quizás descubrimiento, acaso magia, ola, acantilado,

pero ninguna llega al temblor del roce, al origen del latido.

Deseo, o rumor, gemido de la sed, orilla ciega de la luz,

savia del vestido árbol en interminable desnudez,

puente que salva del abismo de la oscuridad.

Aventura, temor, vértigo, vorágine de la latiente inquietud,

recorrido trémulo por los paisajes del fuego,

lenta marea desbordándose en los arenales de la piel

No existe la palabra, solo como eco del deseo su callado rumor

quintín alonso méndez

 

Viaje interminable 020

Los tiempos débiles se me hacen tristes,

como flores cortadas en la orilla de la costa.

Imágenes de la belleza semiocultas en la niebla.

Y el sabor, el sabor que se desprende y asciende del musgo,

envolviéndome en maraña de olvidos y recuerdos,

en lo desconocido inolvidable, muerde y araña como una nostalgia

o como un siempre oculto inacabado deseo de reconstruir las ruinas

y alzarlas mástiles en vírgenes océanos.

Infinita la débil noche en su estrellada bóveda de plenitud

quintín alonso méndez

 

 

    jorge garcía

Viaje interminable 019

    jorge garcía

Desde los profundos océanos de la mente, finas trenzas de las algas

desprendidas de la lava se enredan en la nuca en imaginado temblor

de la ígnea caricia. Tiene nombre la palabra, llamarada del agua,

y tiene piel la palabra, resbaladizas emociones, esencia del laurel.

Como vuelo del sueño, viene a la mirada

la imagen esplendorosa, más física que la materia.

Envuelve, invade, desborda;

corpórea, astral, se hace presencia,

razón de los sentidos

    jorge garcía

    

                                                                                                               quintín alonso méndez

 

Viaje interminable 018

Será inútil la búsqueda si se produce el encuentro,

luego sería vértigo del descenso, destino de la oscuridad,

déjame así, búsqueda, pecado original en los pliegues de cada roce,

esférica espiral de los días, lluvia destilándose en el musgo

de los bosques de las noches,

no me encuentres,

solo búscame en cada tropiezo del aire,

en cada suspiro de la carne,

donde se abren los labios a la búsqueda de los besos,

no me encuentres,

solo búscame fugazmente en el eterno viaje de buscarte  

 

quintín alonso méndez

 

Viaje interminable 017

Perteneces a mis sentidos,

al desborde diario de las mareas,

a sus remansos extasiados.

Me traes la pura conciencia de un mundo externo,

fuera del mundo, y que se entrelaza, carnal,

con las hebras del vacío.

Perteneces a la cumbre del desamparo, adonde no se llega,

al flujo de los silencios yéndose por entre los enramajes del aire,

a mis poemas más íntimos, más ciertos, a mis sentidos.

Perteneces a lo lejanamente más adentro, al surco de la herida,

a la esencia de mis palabras, a su rugosa materia de isla,

a la profana sustancia del latido.

Me traes la pura indecencia de un mundo extremo,

dentro del mundo, y que se entrelaza, carnal,

con las hebras del desvarío

 

quintín alonso méndez