Las ventanas cerradas del cuerpo
Las
manos abren las ventanas del cuerpo
pero
las cierran al más leve golpe de viento destructor
leve
la yerba al golpe de la brisa
frágil
como un abismo cae rota entre las raíces
se
enferman las manos y se olvidan de los tiempos que corren por el mundo
entonces
huesudas y anquilosadas se olvidan de abrir los ojos
un
día fue el primero y no hubo más días
únicamente
un olvidadizo discurrir de la hambruna
con
la boca y los ojos cerrados
Quintín Alonso Méndez
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