Las ventanas cerradas del cuerpo
Pero hoy el
día me cuenta una mentira
llámalo
lunes cinco ponle los rizos canosos del gran otoño
el longevo
el que envejece cada año
y al que
cada año le crece la pereza del movimiento
el bastón de
lo antiguo. No me dice nada
podría decir
simple que como ayer como cada día
y está lo
que no me cuenta
una ligera
brisa como una broma de un instante
que se
sacude las alas en el aire
un pájaro
distraído clavado en el ceniciento casi transparente
azul inmóvil.
Puede ser
que el dolor deja de doler si se le oculta a los ojos que pasan
o si se
elude la mirada que quiere hurgar a cada golpe de la hora de diana
es como irle
poniendo una piedra diaria al muro que divide o más bien separa
el hola es
cosa del rodar de los dados
el adiós es
cuestión de tiempo
hablo del
hola que arraiga
en ese hola
el adiós deja un abismo irrecuperable para el cuenco de las manos.
Un punto
blanco de gaviota sobre el azul más azul del mar
solo
avistado por el pescador más anciano
ciego
olvidadizo las cañas caídas en el rincón de las telarañas
la barca
rota en el cuarto de los trastos cerrado con candado.
Hoy el día
me cuenta una mentira
no se ha
muerto nadie
Quintín Alonso Méndez
La pena del ayer y el miedo del mañana es el ladrón que nos roba el HOY.
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