Escriturasfugaces
Asciende
el sereno desde las raíces más profundas de la tierra
asciende
por los montículos de la yerba
ave
nocturna del silencio
agravado
su canto por el pulso de los grillos
ejército
de algas polvorientas
invade
la atmósfera
ahogándola
usurpa
el violáceo terreno fantasmal de lo invisible
araña
en la transparente piel de los ojos
mutila
los deseos
los
insectos gimen con la boca entreabierta
en
poco tiempo se agotan todas las alas
no
hay aire por donde trepar
los
vuelos chocan y quedan atrapados
en
la telaraña pegajosa que como tumba teje la humedad
se
hunde el cuerpo en la ciénaga
se
entierran las esperas y de sus osamentas
los
perdedores construyen palomas mensajeras de papel
¿qué
riada se llevará estas montañas de palabras?
¿por
qué río navegarán errantes
oscuras
y muertas de sed
las
más perdidas las desvalijadas?
¿qué
mano atenta le cerrará los párpados al último latido?
aquí
está entre mis manos
más
inmensa que la vida
la
vaciedad del fruto
la
gruta húmeda donde palpitaba el sol entre las aguas
donde
la luna siempre tuvo su rincón de nostalgias
insistente
presencia carcelaria única habitadora de la ausencia
asciende
en enredaderas que se enredan con la soledad
tiende
la húmeda sábana sobre los cadáveres olvidados
invade
la atmósfera
ahogándola
Quintín Alonso Méndez
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