La piel del verso
Cada vez que veo acercarse la belleza
del amanecer
es dolor
porque la soledad se va por rumbos
que navegaron
y que son ahora astillas dulces que
hieren de naufragios
amanece así
alas impalpables que se despliegan
es un deshoje de grises azules
azulándose
verdeándose
naranjas y violetas encarnándose
enrojeciendo
la luz es una flor de todas las
flores
deshojándose en la piel del aire
libertario sedoso ajeno el aire
cae el polen en verdeados azules
óleos sobre las aguas
menudas olas negras vertiéndose en la
orilla
sus rumores con olor de ti entran en
la casa
se tienden en la vieja sed del verso
es dolor
silencioso y lánguido dolor
cada vez que atardece
y el amanecer se hunde en la
oscuridad de la noche
Quintín Alonso Méndez
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