Las ventanas cerradas del cuerpo
Estos versos vinieron en la noche
traían restos de algas entre los ojos
astillas amansadas de madera carcomida
se soltaron de los remos que sajaban
las aguas
barcos que se hundieron y viajan descalzos
en la noche
mar interminable son los desgarros de
los sueños
tiras de musgo que son colas de
cometas hebras de océano
vinieron hinchados por la sed cosidos
al solitario viento nocturno
al más alejado aquellos barcos
querían contar cosas
inventar planetas marinos versos que
no resistieron el peso de los mares
estos versos sobrevivientes tan
desnudos como el ocaso
libres como las palomas del olvido eran
barcos con aromas de redes
fabricados con manos que venían del
destierro ya antiguas las manos
de otros tiempos de otros tiempos los
versos antiguos como la penumbra
esquirlas de días ausentes hilos
quitados a la luz más tempranera
a la más tardía a esa luz tendedora
de los recuerdos más pobres
barcos con la proa rota jirones de
tormentas desguazándolos
perdieron la memoria por eso errantes
vagabundos sin destino
pero palomas con palomas perdidas
esos albatros de las plazas más solitarias
Quintín Alonso Méndez
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