Escriturasfugaces
En
una de las páginas del libro hay charcos/ donde las rosas
ensalitran
la serenada
los
pétalos son balsas que navegan
una
noche en cada balsa
reman
los insectos
esos
pequeños y cada vez más débiles
sueños
que me quedan/
ya
no vuelan
han
de esperar a los vientos nocturnos
abrir
los esqueletos de las alas
dejar
que el rumbo lo marquen las estrellas
aunque
sea la oscuridad más oscura
el
cielo enfebrecido de nubes gruesas
la
lluvia más ciega
Quintín Alonso Méndez
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