De «Últimas notas»
Me dejó lo que se llevó
su presencia
es decir, la luz Anónimo
Un verso no es un latido.
Cada verso es la historia de un corazón
de un mundo.
Un abalorio de palabras
anudadas en hilos de aire
que como abanicos
o sístoles y diástoles
se cierran y se abren
con los horarios de los sentidos.
De las palabras surge la marea
la trenza de los versos
que se enreda en las redes
de las olas
y de los silencios náufragos
vacíos a la deriva
brotan los suspiros
como vuelos de mariposas
o alas desnudas
destilando roces
que resbalan trémulos
ansiando el acto del beso
el agua en el incendio,
libélula que vaga por la noche
libando su silencio
No hay comentarios:
Publicar un comentario