De «Últimas notas»
El muelle
La mujer es el naufragio
al que obsesivo ciego
el hombre se aferra
temeroso de perderse
irremisiblemente solo
en su oscuro destino de náufrago
condenado al desamor, al destierro.
Hay que soltar las amarras,
soy descenso de la pendiente
que el tiempo me ha deparado,
muelle viejo roto, vencido,
atado a una vieja costa esquilmada
sin futuro ni esperanzas de arribo,
hay que soltar la amarras,
dejar libre a la desnuda brisa
que abre las belicosas velas
a los años nuevos que apresuran el
paso
y ascienden ligeros, firmes,
decididos,
rompiéndole los muros al viento
con sus vestiduras de pavos reales,
desafiando al mundo, al destino,
aferrados ciegos a la leyenda del
tiempo,
héroes, firmemente dispuestos al
naufragio
Quintín Alonso Méndez
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