Viaje interminable 029
Atardece,
y se abanica en láminas de oro viejo
el atardecer,
como miel madurada en el salitre
destilan naranjas los naranjos del mar.
Llovizna de un gris ceniciento
va llenando los silencios de esta soledad habitada,
espíritus de barcas tendidas en la arena
varan la noche entre las rocas,
bajan las estrellas por escaleras de sueños
hundiéndose en el firmamento,
tierna la tristeza, abrigada desnudez,
en el dulce pensarte más acá del tiempo,
como si amaneciera
juan manuel torres vera
quintín alonso méndez
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