Temo de la lujuria del verso su capacidad carnal,
la lascivia de sus palabras escarbando con dedos de labios
con la maestría torpe
en la prístina carne de los volcanes, lava de la roca,
pero verso que amo y trenzo,
tratando con mimo los pespuntes de cada detalle,
como caricias sabias en busca de la morbosa dicha ajena.
Temo del verso lo que ya no temo,
gritarle te quiero al ave del tiempo que vuela en sus alejos.
Verso impúdico con su procaz lengua de serpientes y volcanes,
buscando, nada más buscando, la esencia del agua dentro del
incendio,
la espesura de sus transparencias desbordándose en los
cuerpos
como solo sabe hacerlo lo eterno.
Verso voluptuoso derramándose en el desnudo cuerpo de la
escritura
anhelando tu desnudez completa, ánfora del encanto.
Lujurioso poema, permanecerá inalcanzable a las inocentes
manos,
materia más materia que la efímera materia del desencuentro,
de profundo vuelo alto, más, más arriba de las catedrales
humanas,
en la terrenal amplitud nada más del querer poseerte y tú lo
poseas
No hay comentarios:
Publicar un comentario