lunes, 22 de junio de 2015



Escriturasfugaces

En el leve y sedoso roce,
la hebra del escalofrío
es serpiente que resbala
por los valles del dolor
dolor porque duele la piel que no es tu piel,
el gesto alado de la dulzura que arrastra tristezas,
distancias con ventanas en flor de las que cuelgan recuerdos,
se ahonda la sed de la noche, profunda se oscurece,
la mirada que pasa fugaz es brillo que quema en los ojos,
relámpago que muerde, dolor dulce que se queda,
dulce porque acompaña y cuida de tantos silencios desnudos
ateridos de frío en el descampado de los días nocturnos,

hebras que se deshacen en el océano imposible,
perdiéndose en el abismo de agua 
Fotos: May Naomi
Quintín Alonso Méndez

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