Las heridas de la muerte
Decir nada es todo lo que hay
el paisaje es la hondura
donde se pierde la hundida mirada.
hasta los silencios se han ido,
han dejado su llamarada entristecida
que cae con alas de plomo al abismo
del arcoiris degollado con cristales
de seda.
decir todo es la nada que empobrece
los recuerdos
carcomidos los rincones
desalabeados los besos de la boca.
detrás de este asombro fúnebre, en lo
más lejos
de estas heridas que ya murieron,
no hay residencia para el olvido
porque los gorriones, las risas, las
desnudas noches,
han inventado la vida
es la morada del mundo nuevo
Quintín Alonso Méndez
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