Mañana es hoy
Hubo un tiempo en que era cotidiano
encontrarse con otras manos
por los caminos del aire
aunque fueran aves de paso con las
que te encontrabas
saludos porque la lluvia o el sol o
el viento
eran compañeros de viaje
a veces te detenías ante una ventana,
otras, las más corrientes,
te alejabas por la vereda que
semejaba
una gran avenida sajando la yerba
te acompañaba a todas partes el
silbido de la brisa,
eso me dicen, que hubo un tiempo de
árboles frutales,
yo recuerdo estar sentado en una
astilla del sol
viendo pasar a los que habitaban el tiempo,
hoy hay un tiempo que mañana sólo será
más viejo tiempo
pero cotidiano tiempo
incansable
a duras penas enterrando
quizás con lágrimas en la gratitud
pero enterrando
las astillas muertas del sol
Quintín Alonso Méndez
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