Viaje interminable 047
(Poema del vencido)
Vivo no le intereso a nadie,
mucho menos a los que a sí mismos se llaman artistas y
poetas,
si acaso al loco mendigo que me acompaña
en el banco de la plaza a bebernos a escondidas una cerveza
con un cigarro furtivo, porque todo lo sano está prohibido.
Uniformados uniformes aunque vistan a su manera
pasan a nuestro lado, ni nos miran,
ya nos saben sometidos. Se alejan, poderosos,
entonces como niños nos tomamos otra cerveza
y encendemos otro cigarro,
extraviados sonreímos de cara al mar,
inventándonos romances, poemas
quintín alonso méndez
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