La piel del verso
Bajo la llovizna palpo los hilos del
agua
canto de pájaro entre los hilos en mi
rostro
es dulce la tristeza que resbala por
la piel
como si tus dedos tomaran la forma de
las lágrimas
un balanceo de las piernas péndulo de
la noche
la soledad escarba en las imágenes de
la memoria
como un mirlo picotea en la tierra
húmeda
brillan las escamas de los charcos
debajo de mis pies
pasa fugaz un recuerdo de luna en el
océano
llenos los bolsillos mojados de
versos desleídos
no he sabido guarecerlos para
llevarlos a tus manos
camino por la hora en que la tarde se
esconde
el frío me duerme
se hace hueco en mis ropas caladas
me vence el cansancio pero no me
detengo
te pienso más fuertemente ahora en
que todo es frágil
camino despacio atravesando las
cortinas de la lluvia
me alejo de alguna parte para
acercarme a lo más lejano
adonde la noche es un desierto bajo
el aguacero
Quintín Alonso Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario