la piel del verso
Camina la noche
me pisa los sueños
los cubro de mar
huele a ti
Estos días tan apacibles como la
desnudez del agua
tan apartados del mundo
con el clima de un sueño de verano
bajo la Vía Láctea
como un regalo inexplicable antes de
la noticia o la sentencia
resbalan indetenibles por la piel de
todo lo que se aleja
se esparcen por las ramas del árbol
de la fría noche
con esa dulzura falsa que da el dolor
vencido
somnolencias que vacían sus cántaros de
desbordada sed
en la estepa de la nada
Quintín Alonso Méndez
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