Viaje interminable 09
No languidece la tarde, con sus pálidos azules dorándose
sobre un océano de sensibles sábanas meciéndose en tibias
perezas,
languidece el tiempo del no verte, como pálida yerba al
atardecer.
No es bruma, no es niebla, es la brisa que me trae a los ojos
tu imagen,
una tierna luz que me roza los párpados, como si tus labios
estuvieran.
No es silencio el rumor del mar, solo suave caricia de un pensamiento
quintín alonso méndez
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