¿Por qué no te digo que tu belleza mineral crece y me crece a
diario,
como enredadera submarina de vuelos,
como trigales acamados en los océanos?
¿Sería cierto el temblor que presiento,
que como sed me inunda y mineral se entrelaza en los
sentidos?
Por qué no te digo que tu belleza de minerales creciente me
embruja
como luna que desciende por las caderas del verso,
como albatros de dedos y labios resbalando en el roce,
adentrándose al tiempo que emergiendo en un vientre de
aguaceros.
Por qué no me atrevo y con la voz mineral del poema te digo
hola,
y que a cada día que pasa tu belleza cósmica, nostalgia del
anhelo,
más abriéndose en flor del sol, del agua, de la luz, de la
abeja,
que sobrepasa el azul del silencio y se posa en la voz de la
escritura,
más me enamora
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