jorge garcía
Viaje interminable (86)
Te nombro y es seda, pero una seda silenciosa, como si no te
hubiese nombrado
y el eco viniese de vuelta de un remoto lugar no habitable y
no habitado.
Me dicen los azules pájaros inalcanzables
que tenían piel los sueños por los que volabas.
Ahora es silencio de mar
rumor de silencio,
como si condena las olas no encontrasen dónde posarse.
Es de abejas la miel de la brisa y resbala como desnudez,
se hace lluvia dulce el aire,
roce de la noche en latidos de labios.
Surgen carnales los versos
como pétalos de luz,
el instante es un poema inacabado
del libro inacabado de la vida.
Irte se llama tristeza
Y el verso se hizo carne y nos habitó
quintín alonso méndez
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