La piel del verso
Se me rompe entre las manos la taza de
porcelana de la lluvia
se deshace el barro de sus orígenes /
pétalos de la arcilla
de aquellos dedos que pintaron la
presencia para inventarla
caen con la lentitud de un ocaso en
la húmeda lengua del aire
se me rompe la cáscara que tienen los
días sin jaulas
pedazos que alguna mirada envuelve en
sus íntimas pertenencias
se me rompe entre las manos la boca
de agua de la lluvia
como eternidades / instantes mágicos
del tiempo en el alambre
caen gotas a mis pies de su fruta
transparente
las dos gaviotas desguazan las nubes
/ azulean lo último de la tarde
no son estrellas fugaces / son
recuerdos que se adentran en la noche
acaso un pensamiento mientras la
mirada / recóndita gruta indescifrable
roza la piel del libro que te mira en
silencio / lloviendo detrás de la ventana
se me rompen las palabras metidas en
el aguacero / son piedras
que estallan en la roca de las
pérdidas / dátiles del sol
en penumbras se quedan los sueños que
viven a solas / a la luz de una vela
se me rompe la lluvia entre las manos
Quintín Alonso Méndez
En sus idas y venidas.,puede dártelo todo o dejarte sin nada.
ResponderEliminarSiempre le di todo, sin que me hiciese falta ni ir ni venir...la entrega no entiende de espacios o distancias.
ResponderEliminarNunca le dejé sin nada, solo fui a regalarle la sonrisa ( aunque le doliese estrenarla)