La piel del verso
Encima de la mesa hay un pájaro que
pretende cantar las palabras escritas
sus plumas amarillas y sonrosadas es
el amanecer que entra por la ventana
sus alas de arcoiris traen una brisa marina que me deja en los labios un
dolor
mueve la cabeza al compás de mis
dedos que buscan en la espesura del papel
apartando con cuidado las zarzas /
las hebras retorcidas de la memoria infantil
le roba agua al aire y yo le robo
palabras indefensas al silencio rumoroso
de un azul que poco a poco se quita
de encima el plomo de las nubes que llovieron
camina el pájaro por la mesa de
cristal / baila la danza del tiempo que lee en el papel
quiere quedarse pero lo llama el sol
del árbol que ya incendia las ramas más altas
brillan en sus hojas las gotas de
plata de la lluvia / resbalan y caen al vacío
promesas rotas que estallan en el
suelo dándole el aroma de flor a la tierra húmeda
los recuerdos son entonces mariposas
blancas que revolotean en el aire que se agita
crecen y son libélulas / el pájaro me
mira / lo acompaño a la puerta / miro su vuelo
me mira desde más allá /su sonrisa de
libertad abastece al mundo de cielos abiertos
regreso a la mesa / al papel en
blanco donde me sumerjo / al pájaro lo oigo cantar
las palabras escritas que algún día
alguien te escribirá sobre una amorosa mesa de mar
Quintín Alonso Méndez
Ella tiene una tristeza que duele. Sin embargo no he visto a nadie jamás reirse tan fuerte de la vida. Es lo mas parecido a la felicidad que he conocido, te lo juro.
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