La piel del verso
La base del tiempo es el pasado
su peso
donde se asienta y se enraíza
es ligero el presente
tan ligero que sin quedarse
apenas un roce por las afueras de la
piel
y ya se va
liviandad del soplo
sin nada que llevarse a los labios
más que el parpadeo de la luz
esa quietud engañosa
que ya se hunde en lo que ya no es
peso del tiempo
antes que llegue el frío metálico del
día
cojo mis cosas
el papel el lápiz
la mirada perdida en horizontes
borrados
y me hundo en la oscura madrugada
donde aún la noche tiene besos
en la orilla del naufragio
Quintín Alonso Méndez
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