La otra vida
En alguna parte, un boceto cómico y borroso
de hombre que va pa viejo,
más en las tristezas que en los
huesos,
se sienta cada tarde en la silenciosa
piedra
a ver pasar el alado soplo de la vida
lejana.
Él suelta las palomas de los ojos.
En ese intervalo, ahí, sentado en la piedra,
en la penumbra del sol, y mientras
regresan las palomas,
ocurren todas las cosas, la mirada
toca los recuerdos,
la lágrima se deja caer y navega sola,
el amor se hace materia,
hay una guitarra en cada curva del
aire.
Cuando oscurece y las palomas vienen
de vuelta,
le traen pedacitos de colores, y hay
brillos extraños en los rincones de
la casa.
En alguna parte estará herido ese
hombre,
¿de qué guerra venimos, a qué guerra
vamos?,
callado regará las plantas
y callado verá venir la noche,
pondrá el mantel sobre la mesa,
dos copas, el vino blanco frío,
aceitunas,
pondrá el mar de música de fondo,
tiempo de mareas que siempre
regresan,
luego tiempo de acostarse, de poner
horizontales
los verticales vacíos, pero no
cerrará los ojos,
él también vuela, como las palomas
Quintín Alonso Méndez
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