domingo, 3 de enero de 2021

 

Viaje interminable (104)



Con la suavidad y la belleza de un santuario profano,

este día se abre en flor de carnosa sensualidad,

espinas en la ternura, la más pura y exquisita gota de miel

en la eterna herida que horadó la seda.

No puede ser ausencia del oceánico rumor,

el roce de los labios deshaciéndose en el aire,

como trémulos pájaros habitándose en la piel,

como memoria, como incesante flujo de la raíz más profunda,

no puede ser ausencia lo que se expande en polen inmortal.

Con la cósmica suavidad del amor infinito cae la lágrima en el verso


quintín alonso méndez



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