Cartas de un vuelo eterno (I)
miro los ojos largos y lentos de este destilarse la noche
rompiéndose en olas
envueltas en la lluvia y el viento una brisa oscura que picotea
vertiendo frío
en la piel de los huesos mis dedos buscan en el ondeante humo
azul
que desprende el fuego del cigarro las arenosas dunas de tus
vuelos carnales
son vuelos que el viento aúlla balanceando la lluvia errantes
velas deshilachadas
llegan a mis manos las gotas perdidas me salvan de la sed no
de la locura del sentir
ascienden los deseos como las horas trepando por las rugosas
piedras de las horas
en busca del alba de la presencia del agua en tus ojos salvándome
del naufragio
quintín alonso méndez
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