El sueño
Detrás del bosque, alto, oscuro y
espeso, habitan altas y oscuras ruinas, fantasmales, como de árboles de piedra,
quemados. Alrededor, la noche, abismal, alta y oscura, espesa como el vacío,
como la nada después del adiós. En el abismo del suelo, profundo y oscuro,
extendida como maleza viva, sinuosa y desnuda, la mujer oscura, con la
respiración húmeda y oscura del fuego, agitando lo oscuro de lo prohibido, dos
hogueras verdes de negra pantera, iluminan las llamas oscuras del deseo más
oscuro, bajo la oscura lluvia, húmeda y espesa, me llaman a la espesura del
incendio oscuro, como si ya carbonizado.
Con sabores frutales y sedosa piel desnuda
de mujer, arrugas de la tierra y el sol, fue aldea de verdes y azules. Es
silencio sepultado
Insobornable,
buceo en la secura
y escarbo con las uñas rotas de mis versos pobres
en las rocas más duras y oscuras,
a la búsqueda de tus océanos




















