martes, 7 de junio de 2022

 

Claridades 12


No importa si caminando por la tierra o encarnado en los sueños

me enseñaste que la palabra temblor existe,

tiene cuerpo. Me mostraste su materia:

el fulgor de la medianoche.

Me diste a beber del néctar de sus misterios,

de las uvas de sus bosques.

Me enseñaste a mirar el mecerse de la brisa

en las ramas de los árboles

mientras iba cayéndose la tarde como limones ensangrentados.

Me enseñaste la secuencia del latido embrujado por la marea,

el sendero mágico que lleva a los labios,

al oscuro valle de las mariposas,

húmedo vientre del sol.

Me enseñaste a sentir el pulso del universo.

Pero tenías tu arma secreta

para dejarme en el desamparo:

no me enseñaste que el fugaz temblor

de lo eterno

no tiene regreso

 

Me enseñaste que la palabra temblor existe,

temblor del escalofrío, temblor del éxtasis

 

quintín alonso méndez

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