Viaje interminable 061
Las palabras tienen materia,
el silencio es la materia callada,
pero late más que las palabras,
desde lo más adentro, de lo más desconocido,
de lo que dormía o de lo que como subconsciente felino
aguardaba,
se abre en especias, envuelve el aura, invade el íntimo
silencio aliado,
la dispuesta y emocionada aura que lo recibe y siente cómo se
derrama,
abriéndola, por la cómplice materia, creando en hechizo la
sensación más sublime,
caricia inmensa de los sentidos, eternizándose,
trayendo en los atardeceres de luna llena intactas las
sensaciones
del incendio de las olas, de la lluvia en el fuego, imantándolas
de materia.
Así el sueño, la corporeidad del sueño. El incendiario deseo
que aletea, avivándose
quintín alonso méndez
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