De «Últimas notas»
El mundo
Al mundo cada día se le cae una
lágrima de adiós
una callada despedida que hoy aúlla
en el viento
y que hace de la noche el mar más
oscuro.
Me hallo perdido dentro de una intensa
niebla,
no es otra cosa que la profunda nada del
silencio:
el murmullo lo produce el roce del miedo
con el vacío.
Nacer ya es despedirse, es el llanto,
la primera pérdida,
la vida no es más que el camino que traza
la muerte
para su regreso al fúnebre descanso del
olvido.
No importa el dolor, ni siquiera el frío
del dolor,
no importa el desamparo;
desde la ventana abierta sólo se ve la
soberbia del día,
sus hilos de luz que cuelgan como trenzas
o como hebras
de besos de agua y fuego;
desde la ventana abierta, la niebla es
una isla que no existe,
sólo respira lo que habita el trazo del
camino,
qué importa que aquí dentro, perdido en
la niebla,
al mundo cada día se le caiga una lágrima
de adiós
Quintín Alonso Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario