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Versosdelaplenitud 69 |
tu cuerpo,
alturas cálidas de tus senos
donde mis labios
mariposas del deseo
pretenden el vuelo.
Llanura íntima del verde
tu vientre
se agita en la espesura
en honduras del beso,
se astilla el gemido,
palpita el verso.
Tu espalda, ¡ah, tu espalda!,
concavidades oscuras
húmedas
resbalan por los muslos,
por donde asciende el fuego
hundiéndose en la lluvia
del anhelo
Insiste la sed en el agua inexistente
Ciega el deseo,
este deseo inconmensurable.
No deja ver lo cierto.
¿Qué lo cierto, dónde,
con qué ojos verlo?
¿Cómo se apaga la sed que arde,
quema las entrañas,
los clamores de los sentidos?
¿En qué dimensión el fluir
de tus flores de agua?
¿En qué universo el estallido de la
luz?
¿Dónde, en qué lugar del verso,
el sueño se hace verbo?
¿Cuántos siglos caben en un día sin verte?
Con suavidad sedosa la noche vestida
con tu piel,
la sed vestida con miel de tus lluvias
suavemente me envuelve.
Te escribo desnudo el deseo
vestido con la desnudez del sueño.
Las alas de la brisa son tus labios,
me traen tu olor a mar,
la textura idílica que mi cuerpo
anhela.
Cómo decirte con palabras carnales
el llamear de mi carnal desearte
Te miro. Calidez del saberte
Me preguntan por ti las noches de los
pájaros,
esas noches que tienen vuelos de
mariposas por el cuerpo,
y me preguntan los días que se descuelgan
azules,
también las tardes grises con
lágrimas de lluvia,
dulces como si almíbar de tus labios.
Me preguntan los silencios
vestidos con la desnudez del rumor,
todos los silencios, los oscuros,
metidos en su soledad,
y los nítidos como el resplandor.
Me preguntan por ti, gotas del deseo,
los instantes clandestinos del
tiempo.
Les digo que estás en el amanecer,
donde los gallos rasgan el alba y
rompen la oscuridad
No lo sabes. Has venido
Dentro del sueño
resbala la mirada del deseo
por tu nuca desnuda,
fuesen labios mis ojos,
manos los versos.
Resbala, como marea por el rumor,
por la arena cálida de tu piel
desnuda.
La madrugada sabe del latido,
de la textura del deseo que te nombra
y resbala por la noche,
como si tu cuerpo
En esta madrugada, como mariposas
negras, abunda el desearte.
Mariposas blancas al picotear en las
olas.
Como si de tus más íntimas rosas
aroma de la embriaguez se desprende
del océano.
Herido de humedad, gime el viento.
Escribirte dentro del frío es traerme
el calor a casa.
Me abriga saberte y cierro los ojos
para mirarte.
Brillas como luna en la arena.
Desnudez perfecta.
Ya sabes, camino la escritura para
caminar tus veredas,
trepar por las hebras de miel que
destilas.
Buscándote para encontrarte y
encontrarme
Duele la distancia que se aleja como tiempo sin regreso,
duele no verte más que sueño sumiéndose
en la niebla
No hay tiempos. No hay climas que
disturben el hechizo.
El sexo es el olor del mar. Música de
la eternidad.
Vengo a traerte aquí, donde el verso
es la materia,
el pan del amor más desnudo, más
luminoso.
Afuera es la vida irreal, sometida
por el miedo
que trenza y teje el poder sometedor.
Aquí es lo más adentro,
donde sin pausa habita la esencia del
temblor.
Aquí te traigo, donde el íntegro encuentro.
Ingobernable
Insisto en el verso. Donde se
encuentra lo que no encuentro
