Quien te desea, deshonesto y
abiertamente, te escribe estas líneas torpes y desprotegidas, desarraigadas de
mí, reacias y desobedientes a mis silencios, y procaces se desvisten, se
desnudan para ti, les gusta pasearse impúdicas por tus manos, por tus ojos que
las miran, y quieren y disfrutan imaginarse que suave y dulcemente, con un roce
sutil y mínimo de impudor indecente, las acaricias. Huyen de las realidades,
que son oscuras y precisas, se dejan llevar por la inconsciencia, por las olas
turbias de la brisa que perturba y estremece. Insolentes, buscan desnudarte y
recorrerte.
Quien te escribe estas líneas torpes
y desprotegidas, desvergonzadas, como si los sueños de las quimeras valieran
ser reales, impúdicamente te desea
En rumor que no cesa, el silencio te nombra























