martes, 29 de abril de 2014



leído el lunes 28 en l´oliva verde por don Fabio Strancari (gracias)

 Queridos amigos, recuerdo la hermosa velada vivida con todos Ustedes el pasado lunes, 14 de Abril, verdaderamente una gozada de encuentro de amigos que vivimos muy intensamente el placer de leer y escuchar poesía, de vivir poesía concentrada en unos momentos de vibración vital que van más allá de la confusión cotidiana imperante.
Se trata de recordar y revivir unos instantes poéticos que nos ofrece nuestro amigo Quintín Alonso Méndez que es ante todo un POETA, el poeta que Bajamar tiene el privilegio de tener viviendo en ella, en su ambiente, en su playa y entre nosotros.
Señalo unos versos que no por breves me cautivaron:
Pág. 98    “Aquí la luz ha regresado con su azul endulzado por el salitre y me encuentra caído, más caído que ayer. Me llena de olvido.”
Pág.142    “Cada día se mueve una ola y me nace un adiós.”
Pág.180     “La espesura crece dentro, se alimenta de la humedad de la sombra oscura, por donde se arrastra la vida, agónica.”
A mí la poesía de Quintín me conmueve siempre por su sentido profundo que ve las cosas y les da alma. No es una poesía descriptiva solamente, va más allá, entra en la vida de las cosas y les da vitalidad.
Es la vida vivida y sufrida, es decir cruzada con el dolor del mundo, de la naturaleza y de la vida. Detrás del momento está el Ser, el Existente y su búsqueda de un significado más allá, que no especifica porque no lo conoce, pero lo intuye. Es una búsqueda en sí, sin saberlo.
Quintín es para mí de gran modernidad en el sentido de actualidad. La angustia del presente, la falta de soluciones, y sobre todo la ausencia de motivaciones, de un “ubi consistam”, el sentirse solo en el mundo.
Asocio estas consideraciones a un magnífico ensayo de Zygmunt Bauman: “MODERNIDAD Y HOLOCÁUSTO” que aconsejo a todos leerlo porque muy claramente explica que  el “HOLOCAUSTO” es fruto amargo de la modernidad. Hoy lo estamos viendo en el infausto “nacionalismo” y en el odio implacable hacia el que no comparte la idea de uno o es de piel o raza diferente.
Veo en mi amigo Quintín su insatisfacción cotidiana para una visión general y prospéctica,  una derivada filosófica, propia de persona pensante y viva. Filosofía de buena base porque sufre “la ausencia”,  un “ubi consistam”.
Debo agradecer Quintín, amigo entrañable, por expresar todo esto con profundidad, sensibilidad y todo envuelto en una gran poesía, un don que recibiste y que ayuda a vivir a los que aspiran a algo más grande en su realidad vital.
No puedo terminar sin dar las gracias a los magníficos Alberto y Ernesto que en sus presentaciones de “Versos caídos” manifestaron su sentido poético en los comentarios. Nos hicieron ver que todos necesitamos algunas gotas de poesía para hacer de la vida algo más soportable. Prospere al fin esta iniciativa para el bien de todos nosotros.
Fabio Strancari


                                             Quintín Alonso Méndez

lunes, 28 de abril de 2014



La cobardía es la muerte


Las fugaces trenzas que le caen al árbol de la noche
son restos de hogueras interrumpidas por las lluvias negras
de una tarde cobarde que no supo guarecerse.
No supo erguirse libre porque libre era el vuelo que se abría
y el dolor es más dolor por el otro dolor  
por la certeza de derrumbes, de catástrofes
de muertes que han caído fugaces del árbol de la noche
muertes que han venido para ya no irse
porque la vida vino a mis manos
libre porque el vuelo quería ser libre
cobarde tardé en levantarme
y he caído para siempre sepultado en el mar de la noche
fugaces trenzas vuelan surcan los sueños
alejándose
enredadas en las algas de otros sueños que vuelan


                                                     Quintín Alonso Méndez


viernes, 25 de abril de 2014



Desgarro


En el aire están todas las palabras
algún día alguien las leerá,
y como todo,
no tendrán sentido,
¿de qué puede servir que en la muerte
te hablen de la vida?
Un camino atildado de violetas
me llevó a la sonrosada
gruta del agua
me diste a beber,
¿por qué la tarde
se equivocó de tiempos,
por qué no fui a ti
cuando me dijiste ven?
Camino por la nada que barrunta abismos.
De qué me puede servir que en la muerte

me expliquen cómo es la vida


                                                     Quintín Alonso Méndez

miércoles, 23 de abril de 2014



23 de abril

¿Qué día es hoy,
un día para escribirlo con los dientes
sobre una desnuda lápida?
No,
hoy es un día donde la vida nace
justo en el vértigo de tu vientre.
Hoy
es un día donde la rosa roja voló
o quiso volar
saltó hecha añicos en el aire 
llegó a tu mano despedazada en doce rojas negras
tristemente venían de mí
de mi vuelo errado,
a contravuelo.
El libro,
espesura de alas sin pájaros
cayó
no llegó a sobreponerse,
las tejas de los tejados
le cortaron el cuello,
lo degollaron
y cayó desnudo
allí lo vieron, abierto,
leyeron la verdad:
ni una sola palabra escrita en la lápida,
ninguna fecha,
ningún verso de amor,
sí un nombre de semilla
que alguien modela con destreza
hábil maestro del futuro

en el vértigo de tu vientre


                                                     Quintín Alonso Méndez

martes, 22 de abril de 2014



La soledad rejuvenecida

He de acostumbrarme a la palabra que no habla,
a la que escribo y es palabra muda
que me mira desde su atalaya,
de vuelta es el eco de su silencio
ninguna voz habita por estos lugares.
He de acostumbrarme a la firma cuchilla
de la palabra fría
que vertical saja el aire
y añade cada día un día muerto
a la fosa de mis días.
He de acostumbrarme al salir a la calle
a llevar la soledad conmigo
traerla de vuelta a casa
dejarla que sea yo
y verla paciente cómo rejuvenecida me devora




Quintín Alonso Méndez

domingo, 20 de abril de 2014




20 de abril


Hoy es un día que lleva un año
en sus abandonos.
Ese día
hace un año
nacieron todos mis años
los que caminé asustado
los que tímidos quisieron abrirse
por silencios y llantos
los que tiré por la borda
los que por las nubes iban al encuentro.
Ese día
hace un año
yo nacía
estaba con la vida
la vida me besaba
bebí de sus aguas
no supe guarecerla
crecerla
alimentarla,
a esa flor única
inmensa en todos sus detalles
la marchité con mis manos.
Se lo digo al aire
a la nada que se ha quedado conmigo
se lo digo a esta muerte que ya no va a dejarme:
igual que no se haya vivido
se puede morir de amor


                                                      Quintín Alonso Méndez

viernes, 18 de abril de 2014



Los sentimientos


Se sabe que a los sentimientos
para que dejen de serlo
se les pone a secarse al sol
en poco tiempo serán diamantinas lianas
con las que amarrar el corazón
y sea pétrea piedra inamovible,
la única manera para que no salte
al camino equivocado,
porque es fácil equivocarse
cuando las palabras van envueltas
en piel de serpiente,
en la seda más sutil del aire.
Se sabe que a los sentimientos,
si el invierno es muy largo,
y para que dejen de serlo,
se les pone en el cuarto oscuro,
atados a la humedad más silenciosa,
pronto serán esa oscura pesadilla
por fin hundida
en la profundidad del olvido



                                                      Quintín Alonso Méndez

miércoles, 16 de abril de 2014



La mirada

Han vuelto los pájaros
y han traído el sol
en sus picos de oro
en la noche
la luna abrió las jaulas


volaron las nubes
irreal el día

cierta la soledad azul


la textura del musgo
trama besos en los tarajales

en el ensalitrado aire
que asciende
la materia busca tus dedos
para así cuando el tiempo
caiga
seguir volando
a tu lado


                                                     Quintín Alonso Méndez

lunes, 14 de abril de 2014



Lunaroja


Si la vida está perdida,
¿qué hacer ahora?
esperar a la luna roja
con la tranquila espera
del que sólo espera
tranquilamente
a que se apaguen las luces
de mis luces que se apagan
acompañado por los pedazos rotos
de la noche
que el gallo rompe
en la madrugada



                                                          Quintín Alonso Méndez



La noticia


Fue la noche encendida de luna
velos grises la circundaban
las noticias vienen así
inesperadas
las que no son escritas
las que atraviesan los sentidos
los paralizan
los clavan en el tiempo
cambiándole el color al tiempo
el rumbo de la flecha
que surcaba los sueños
ahora la mañana
viene de un norte
que calla
y sigue su camino
un pájaro se ha caído
donde está la gata enterrada
vendrá la tarde
oscurecerá
la soledad me traerá la noticia
con la noche encendida de luna:
no volverá a amanecer
aquí dentro
en mi tumba





                                                        Quintín Alonso Méndez

sábado, 12 de abril de 2014




12 de abril


Llueve boca abajo,
suspendida la tristeza
o es el gris de la tarde
retenido en las pestañas
del aire,
quietud inexistente
o cernícala la tarde
o la tristeza
o la dulce mirada
que gotea
gotas de lágrimas
boca abajo
lluvia mojada de tierra,
nada se mueve
nada
a no ser que la mirada
se adentre
tierna hoja de nostalgia
se adentre
y bese
la suave seda
de la carne
de esta vida
ingrávida





Quintín Alonso Méndez

miércoles, 9 de abril de 2014



No hay palabras

No hay palabras para el adiós, es decir, no hay palabras para la muerte. Las palabras son para adular las propias miserias. No hay más. Esa realidad de que uno habría querido vivir. Pero a la vida hay que saber merecerla o robarla. La única vez que pretendí robarla, lo hice a plena luz del día. El sol me vio. No hizo falta más que enviarme al lugar que me corresponde por méritos propios. A la oscuridad. Donde no se necesitan ataduras ni amenazas. de la oscuridad no se vuelve. La oscuridad misma es la fosa, sólo basta dejarse caer, cuando las fuerzas hayan desaparecido del todo. Pero las fuerzas son propiedad del día

(¿Te digo qué es la muerte?: vivir en la nada)



                                              Quintín Alonso Méndez

martes, 8 de abril de 2014





El paseo


Este paseo nuestro paseo
es un asomo de paseo
una nada de paseo
una sombra de paseo
un simulacro de paseo
no paseas conmigo
paseas con tus sombras
con las sombras de tus paseos
un pájaro no es más que un hilo
de saliva de tus labios
el después en la mente
más allá
adonde no llega el mar
el ahora en esa rama
del pájaro la hebra
que le ofreces con la brisa
este paseo fue inventado por la mentira
no era un paseo
ya vino escrito como un adiós


                                               Quintín Alonso Méndez 



sábado, 5 de abril de 2014



El encuentro


Cuando lo daba por olvidado
y también por perdido,
vino a verme,
viejo, cansado,
con arrugas metidas en la mirada,
tiras de piel seca donde tuvo cuerpo.
Viéndolo moverse,
arrastrando los pasos y los gestos,
debía convenir que la tristeza es un dolor
con síntomas de empeoramiento.
Bebimos té con leche en la terraza del amanecer,
masticamos hinojo con las encías sin dientes,
los pájaros hacían ramas por los zarzales,
tocamos lo que ya no está,
y sin nombrarlos,
asomaron aquellos besos.
Al irse, yéndose el día,
enfilando el estrecho sendero,
lentamente se volvió,
«te has encontrado demasiado tarde»,
me dijo, y lentamente
diluyéndose

desapareció por el sendero


                                                         Quintín Alonso Méndez

viernes, 4 de abril de 2014



El destino del sol


Este sol que me muerde en la tarde
con sus dientes de avispa,
¿a qué ha venido,
a mostrarme sus áureos poderes,
o ha venido, clandestino,
a traerme la herida de la sed?
Importa que ha venido,
es como regresar al calor de casa.
Sentado entre las ruinas
lo recibo
y sentados bajo el azul
hablamos del destino que se nos perdió



                                                       Quintín Alonso Méndez

martes, 1 de abril de 2014




Mañana es hoy


Hubo un tiempo en que era cotidiano
encontrarse con otras manos
por los caminos del aire
aunque fueran aves de paso con las que te encontrabas
saludos porque la lluvia o el sol o el viento
eran compañeros de viaje
a veces te detenías ante una ventana,
otras, las más corrientes,
te alejabas por la vereda que semejaba
una gran avenida sajando la yerba
te acompañaba a todas partes el silbido de la brisa,
eso me dicen, que hubo un tiempo de árboles frutales,
yo recuerdo estar sentado en una astilla del sol
viendo pasar a los que habitaban el tiempo,
hoy hay un tiempo que mañana sólo será más viejo tiempo  
pero cotidiano tiempo
incansable
a duras penas enterrando
quizás con lágrimas en la gratitud
pero enterrando
las astillas muertas del sol



                                                     Quintín Alonso Méndez