lunes, 27 de mayo de 2013

Versos caídos
 
 
Es un relato de mar. De costas que son noches alargadas como el silencio. De fracasos de muelles  del que embarcaron incontables aventuras y en donde no atracaron más que sueños rotos, caídos, astillados como versos o como pájaros de agua, voladores.
Es un relato de mar. Con días azules, calmosos, con besos de salitre en los labios, y con días espesos, de pájaros negros picoteando las olas que estallan y crujen. Tiene orillas por donde pasea la ternura de la mano de los deseos, charcos donde nadan los colores, rincones con luna.
Versos caídos es un corto relato de mar, interminable, con naufragios y con horarios de mareas, con arribos de promesas mecidas por murmullos y susurros de brisas, palabras que se desgranan y caen, desparramadas por la costa, como versos caídos
 
                                                                    (Sinopsis de Versos caídos, Quintín Alonso Méndez)
 
 
Cuando pasas por la vereda de mis silencios, me asomo al atardecer y aún palpitas aún palpitas aquí dentro, como si quisieras quedarte.
Los pájaros vuelan en la oscuridad, en tu busca: te llevan los sueños, llenos de besos.
La mar vuela en la noche, cubriendo el aire de labios de sal.
Tú te quedas abierta al agua, bebiéndote las olas, pariendo estrellas.
Aún palpitas aún palpitas aquí dentro, como si fueras a quedarte
 
                                                (de Versos caídos, Quintín Alonso Méndez)  



domingo, 26 de mayo de 2013

Versos caídos
 
 
 
Es un relato de mar. De costas que son noches alargadas como el silencio. De fracasos de muelles del que embarcaron incontables aventuras y en donde no atracaron más que sueños rotos, caídos, astillados como versos o como pájaros de agua, voladores.
Es un relato de mar. Con días azules, calmosos, con besos de salitre en los labios, y con días espesos, de pájaros negros picoteando las olas que estallan y crujen. Tiene orillas por donde pasea la ternura de la mano de los deseos, charcos donde nadan los colores, rincones con luna.
Versos caídos es un corto relato de mar, interminable, con naufragios y con horarios de mareas, con arribos de promesas mecidas por murmullos y susurros de brisas, palabras que se desgranan y caen, desparramadas por la costa, como versos caídos





  
                                               Sipnosis de Versos caídos    Quintín Alonso Méndez

 

lunes, 20 de mayo de 2013

Bajamar, a 20 de mayo 2013

 
El vino
 
 
Bajo la paciente mirada de los tiempos, la tierra y el agua, parieron la raíz. La luz la mimó, le dio el soplo. Y la raíz echó a andar, tierra adentro, aferrándose a los minerales, a la materia, creciendo, y creciendo creció hacia afuera, al aire, aferrándose al aire, respirando el aire.
 
Trepó, se hizo años, se hizo cepa, y se abrió en racimos, al sol, a la sombra dulce de la noche, en microclimas de sed y brumas, de brisas y olores, frente al mar. Luego, en el santuario de la bodega, con la magia del tiempo, el silencio y la penumbra, la sangre de la uva se transformó en vino, en la sangre de la vida, transformándose así en la raíz, en la sangre del verso
 
  
                                                                                     Quintín Alonso Méndez

jueves, 9 de mayo de 2013

Gratitud
 
 

me desgajo
como una palmera de brisas

¿escribirías un beso?, me dice tu mirada
¿y una sonrisa?

la sonrisa invita a besar y luego el beso invita a sonreír para que la sonrisa bese
y el beso sonría y bese la sonrisa

Tiene la piel del niño que acuna el vientre de la madre,
el agua que la brisa rescata de la lluvia
es una barca que navega por el día azul
los labios son surcos que se abren en la mar.

Sabe a la golosina que la niñez se dejó en un banco de piedra oscura,
rasga la seda del aire, que se deshace húmeda, pare la luz,
y tímida, desnuda, escribe el beso en la sed,
¡salta desde el acantilado, se hunde en el amor de la piel !

                                             Quintín Alonso Méndez

                                                                     

viernes, 3 de mayo de 2013


Nos hacemos a la mar. Somos una isla marina, que hemos ido forjando con distancias, sueños, dolores, quejidos, ¡a veces tan cerca la costa!, ha habido naufragios, lágrimas llenando la noche, pero nos hacemos, al fin, a la mar. Será travesía al principio aún con oleajes, pero está la confianza, el deseo por la lucha y la estancia, está la mar inmensa que nos acoge. Azul el día y trémula la noche.
Nos hacemos a la mar, vamos a por la vida